Científicos anunciaron hoy el exitoso nacimiento del primer bebé procreado gracias a una innovadora técnica que incorpora el ADN de tres personas y que representa una nueva era en medicina pues ayudaría a familias con enfermedades genéticas raras.
El bebé, un sano varón ahora de cinco meses de edad, tiene el ADN de su mamá y su papá, además de una pequeña cantidad de código genético de un donante, informó un equipo de embriólogos con sede en Estados Unidos que llevó a cabo una parte del procedimiento en México.
La nueva y controversial tecnología se llama “donación mitocondrial”, que permite que los padres con mutaciones genéticas raras tengan hijos sanos, sólo ha sido aprobada legalmente en Reino Unido.
En un artículo publicado en la revista británica New Scientist, los especialistas refieren que los padres del niño son jordanos pero que la madre lleva genes del síndrome de Leigh, una enfermedad mortal que afecta el desarrollo del sistema nervioso.
Los genes de ese síndrome residen en las mitocondrias del ADN, que proporcionan la energía a nuestras células y son justo 37 genes que son transmitidos a los hijos por las madres. Esto es independiente de la mayoría de nuestro ADN que se encuentra en cada núcleo celular.
Alrededor de un cuarto de las mitocondrias de la madre tiene la mutación causante de la enfermedad y, aunque ella está sana, el síndrome de Leigh fue responsable de la muerte de sus dos primeros hijos.
La pareja buscó la ayuda del doctor John Zhang y su equipo del Centro de Fertilidad de New Hope en la ciudad de Nueva York, que han estado trabajando en una manera de evitar la enfermedad mitocondrial utilizando la técnica “tres padres”.
El método aprobado en Reino Unido se llama “transferencia pronuclear” y consiste en fecundar tanto el óvulo de la madre como el óvulo de una donante con el esperma del padre. Antes de que los huevos fertilizados comiencen a dividirse en la fase inicial, se elimina cada núcleo.
El núcleo del óvulo fertilizado del donante se desecha y se sustituye por el de la madre.
Sin embargo, esta técnica no era apropiada para la pareja -como musulmanes se oponían a la destrucción de embriones-, así que Zhang modificó la técnica: quitó el núcleo de uno de los óvulos de la madre y lo insertó en el de la donante al cual se removió su propio núcleo.
A continuación, el huevo resultante -con el ADN nuclear de la madre y el mitocondrial de la donante- fue fertilizado con el esperma del padre y fue implantado en el útero de la madre, quien tras el desarrollo normal de la gestación tuvo a su hijo nueve meses después.
El nacimiento del bebé sano fue acogido con beneplácito por los círculos médicos en todo el mundo como una excelente noticias que va a “revolucionar” la medicina.
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