Cientos de aficionados ya esperan la autorización para el ingreso al MGM Gran Arena y ocupar un lugar, listos para presenciar la ceremonia de pesaje de Julio César Chávez Jr. y Saúl “Canelo” Álvarez.
Desde antes de las 07:00 hora local, dos horas menos que la Ciudad de México, llegaron los primeros aficionados, que con banderas y gritos de apoyo resaltan a su favorito para la pelea del 6 de mayo en la T-Mobile Arena.
Los gritos de “Chávez, Chávez” se escuchan afuera del escenario, mismos que de inmediato son opacados con los de “Canelo, Canelo”, en una batalla constante por ver qué aficionados son los que gritan más fuerte.
De repente se tranquilizan y descansan, pero la sola presencia de alguna cámara fotográfica, de televisión y celulares parece reanimarlos en automático y comienzan con los gritos y porras para su favorito.
En espera de que abran las puertas, a las 13:00 hora local (15:00 del centro de México), ya habrán pasado seis horas de espera para los primeros de la fila, la señora María Teresa Alvarado y su hija Victoria, a quienes poco les importa, pues solo quieren ver a su ídolo, el “Canelo”.
Aunque Chávez papá pidió hace unos días que los seguidores de su hijo apoyaran al Junior portando una banda roja en la cabeza, como la que él utilizaba, un patrocinador regaló muchas, pero con el nombre de “Canelo”.
Dichos distintivos abundan entre la afición ahí reunida, pero con ambos nombres, por lo que la petición del legendario “JC” no surgió el efecto esperado.
Las notas del mariachi ya se dejan escuchar afuera del inmueble para completar la fiesta mexicana que viven cientos de aficionados, quienes ocuparán más de cinco mil asientos para presenciar la ceremonia.
Los gritos y la intensidad del público crecen con el paso de los minutos a poco más de media hora para que abran las puertas. Será a las 14:00 hora local (16:00) cuando inicie la ceremonia, pero Julio y Saúl subirán a las 15:00 (17:00 del centro de México).
La víspera, Julio subió una fotografía donde marcaba 165.2 libras, muy cerca de las 164.5 pactadas para el pesaje, el cual debería dar sin complicaciones y evitar así la multa de un millón de dólares por cada una que pudiera pasarse.
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