Ciencia y Tecnología

Biofertibuap, producto que ayudará al campo mexicano

Con el objetivo de disminuir la fertilización química, científicos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) crearon el producto Biofertibuap, el cual ayudará a los productores del campo mexicano.

La creación del inoculante bacteriano para cultivos fue iniciada por el doctor Jesús Caballero Mellado en la década de los 70.

En la actualidad, Moisés Carcaño Montiel, Teresita Jiménez Salgado, Lucía López Reyes, Amparo Mauricio Gutiérrez y Armando Tapia, del Laboratorio de Microbiología de Suelos del Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas (CICM), del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP), continúan con estos desarrollos biotecnológicos que ya se comercializan en México.

En entrevista para la agencia informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el actual titular del programa, Moisés Carcaño Montiel, detalló que al inicio buscaron microorganismos benéficos, como la bacteria Azospirillum.

Después otras bacterias en distintas condiciones edafoclimáticas, y a partir de esta búsqueda se logró crear el primer banco de germoplasma, donde comenzaron los primeros ensayos en plantas.

“Este trabajo continuó por cinco años y a partir de 1985 se hicieron los primeros experimentos de invernadero en cultivos de maíz y trigo con aplicaciones posteriores en dos comunidades ubicadas en Veracruz y Tlaxcala”, relató.

El investigador dijo que en 1988 se aplicó ya en cultivos extensivos de maíz, trigo y cebada; y 10 años más tarde se firmaron convenios con el gobierno del estado de Puebla para producir biofertilizante para todo el estado.

Este reto implicó la construcción de biofermentadores que les permitieran producir biofertilizantes para unas tres mil hectáreas por día y así abastecer los pedidos no solo en el estado sino en diferentes partes de la República.

Carcaño Montiel destacó que actualmente existen en el mercado productos fertilizantes a base de bacterias.

Sin embargo, acotó, los años de trabajo les han permitido ofrecer un producto que se caracteriza porque sus soluciones son diseñadas con las bacterias adecuadas dependiendo del tipo de cultivo, es decir, las bacterias se aíslan y se someten a pruebas de laboratorio para formularse y ser aplicadas a un cultivo en específico.

“En el mundo microbiano no hay bacterias universales, por lo que no es recomendable utilizar una sola especie de bacteria para todos los cultivos porque la respuesta de las plantas en los exudados es diferente en cuanto a calidad y cantidad y todo eso repercute en la asociación batería-planta, por eso fabricamos biofertilizantes específicos para los cultivos”, indicó.

El investigador subrayó que los biofertilizantes que se producen en la BUAP se pueden utilizar en cultivos de sorgo, maíz, frijol, trigo, cebada, avena y hortalizas, además de que también producen desarrollos tecnológicos para sistemas forestales que estén afectados por agentes patógenos.

Ejemplificó que para fertilizar un cultivo de maíz se necesitan en promedio de cuatro a ocho bultos de fertilizante químico por hectárea, dependiendo de la región, pero con la utilización de biofertilizantes, el uso de agroquímicos puede disminuir 50 por ciento, eso se traduce en un ahorro de al menos cuatro bultos, lo que significa unos mil 500 pesos de ahorro aproximado.

Mencionó que a este beneficio, al que se le suma que con el Biofertibuap la producción del cultivo se incrementa 30 por ciento, se puede traducir a mil 500 kilogramos más de producto producido por hectárea, en condiciones de temporal.

“De acuerdo con nuestra experiencia y datos recabados, el productor puede incrementar su producción en un mínimo de 800 kilogramos y un máximo de dos mil kilogramos por hectárea, dependiendo del cultivo y región, lo que implica una ganancia.

“Si a esto le sumamos el ahorro del fertilizante, podemos decir que el promedio de ganancia del productor es de siete mil pesos extra, solo por utilizar microorganismos”, enfatizó.

Estas soluciones de bacterias benéficas, llamadas comercialmente como Biofertibuap y Biofosfobuap, se pueden encontrar en los estados de Sinaloa, Chihuahua, Durango, Zacatecas, Nayarit, Guanajuato, Jalisco, Puebla, Tlaxcala, Estado de México, Guerrero, Chiapas y Veracruz, como una estrategia que provee tecnología al campo a partir del trabajo científico.

NTX/VDR/MAG

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