Lactancia materna, el mejor sistema de alimentación para neonatos
La mejor alimentación durante los primeros mil días de vida de los infantes continúa siendo la leche materna, toda vez que los sustitutos en ocasiones suelen ser una alimentación inadecuada e insuficiente que pueden frenar el adecuado desarrollo cognitivo y físico de los niños.
La empresa Nestlé destacó lo anterior al dar a conocer su programa “Comienzo sano, vida sana”, a través del cual busca brindar información educativa a la población en general sobre los beneficios de la lactancia materna y las consecuencias en la salud del uso de sustitutos inadecuados.
En un comunicado reveló que la Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna hasta los dos años, aunque en realidad solo 30 por ciento de las mujeres en el mundo dan lactancia materna exclusiva ya que es común que la sustituyan por alimentos inadecuados.
Los principales sustitutos que se utilizan en México son la leche líquida (leche de vaca) y bebidas como atoles o jugos altos en azúcares, las cuales, al ser consumidos antes de los 12 meses de edad pueden ocasionar riesgos a la salud.
Entre estos riesgos están la desnutrición, la sobrecarga renal y la deshidratación, así como el incremento en el riesgo de alergia a la proteína de leche de vaca, baja absorción de hierro, microsangrados y anemia (lo cual puede provocar un daño físico, emocional y cognitivo).
El consumo de leche de vaca antes de los 12 meses no es recomendado por instituciones de salud internacionales y asociaciones científicas como la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica.
En México, refirió, la alimentación complementaria suele iniciarse a partir de los 11 meses de vida o menos, cuando el 30 por ciento de los menores comienza a consumir leche de vaca familiar.
Asimismo, prevalece la falta del consumo de frutas y vegetales, ya que de los bebés entre seis y 36 meses solo el 50 por ciento de menores come frutas y el 20 por ciento consume verduras.
Además, los niños consumen mayormente cualquier tipo de dulce que un vegetal, lo que se traduce en un aumento dramático en el consumo de azúcares, impulsado también por las bebidas azucaradas.
Por si fuera poco, los lactantes menores no están recibiendo suficiente hierro, clave para el neurodesarrollo que se da entre los seis y 11 meses, y cuyos efectos terminan por afectar el desarrollo del menor, situación que prolonga sus consecuencias hasta la edad adulta.
Notimex