Los soundtracks son las óperas del siglo XXI, dice Hans Zimmer
Para el compositor de bandas sonoras de películas tan conocidas como The Lion King o Gladiator, Hans Zimmer, que hoy inaugura la cuarta edición del Universal Music Festival con una selección de su música en el Teatro Real de Madrid, no podría haber espacio más propicio para su espectáculo.
“En mi opinión, se adapta mejor a un teatro lírico que a un estadio (como aquellos en los que se ha venido representando), porque las bandas sonoras son las nuevas óperas del siglo XXI”, afirmó sin atisbo de duda en una rueda de prensa celebrada esta mañana en Madrid.
Titulado The World of Hans Zimmer, el show ha recorrido grandes recintos deportivos europeos desde abril de este año y ante su primera visita a España se encontró con el “desafío” de acomodar por ejemplo las pantallas de led al espacio disponible en el grandioso pero más recoleto coliseo operístico madrileño.
“El de esta noche será un momento especial, porque su música podrá escucharse a través una de las orquestas más importantes del mundo”, señalaron los promotores de la cita, en la que, sobre “impresionantes proyecciones visuales”, sonarán las partituras de películas como The Dark Knight, The Prince of Egypt o Mission Impossible 2 bajo la directa supervisión de su autor.
No estará él sin embargo al frente de la orquesta, sino uno de sus amigos y más directos colaboradores, Gavin Greenaway.
“Cada joven artista necesita un mentor; cuando yo era un artista que pasaba bastante hambre, el padre de Gavin me invitaba cada domingo a comer, así que nos conocemos desde niños. Ha sido director de muchas de mis BSO, si no de casi todas, por lo que si alguien puede hacerlo mejor incluso que yo es él”, dijo Zimmer (Fráncfort, 1957).
En la selección final no faltará un guiño a The Lion King, obra por la que fue galardonado con un Oscar de la Academia de Hollywood y en cuyo remake volverá a sumergirse después de este proyecto.
El Oscar no tuvo ninguna repercusión especial más allá de pasarme hasta las 4 de la mañana bebiendo con Claudia Schiffer, pero ‘The Lion King’ sí que marcó una diferencia”, subrayó su autor.
Según contó, una de las razones que le impulsó a aceptar la oferta de Disney fue que, tras años trabajando en películas de Ridley Scott, nunca había podido llevar a un estreno a su hija mayor, que en aquel momento contaba 6 años.
“Además, su contenido me tocaba mucho el alma, porque mi padre falleció cuando yo tenía 6 años, como en la película. Recuerdo que en aquel momento aún había apartheid y que tenía un amigo refugiado de Sudáfrica que trabajaba en un lavacoches. Es a él a quien se escucha en primer lugar en la grabación”, rememoró.
Como curiosidad, este compositor alemán que ha puesto música a filmes como Inception, Pearl Harbor o Dunkirk, por la que recibió su última nominación a los Oscar, reveló que en su carrera se arrepiente de haber dicho que “no” a Léon de Luc Besson por falta de tiempo.
Pero luego pienso que las películas que no he hecho y que me gustan, me gustan precisamente porque no las hice yo, como las de Ennio Morricone”, afirmó antes de declararse también muy fan del español Alberto Iglesias.
Por su capacidad de emocionar y “el diálogo o ensoñación que se establece entre público y los intérpretes”, Zimmer planteó que las bandas sonoras son las óperas de esta época.
“El mundo va cada vez más deprisa, pero lo que nunca perderemos es que nos gusta que nos cuenten historias”, dijo, antes de defender su vigencia frente a las críticas más conservadoras de ciertos sectores de la música clásica.
En este sentido, destacó que “había un problema en esos conciertos”. “La música clásica corría el peligro de matar a la música porque nadie quisiera verla nunca más. No es que fuese mala. Lo malo era la actitud, porque se hizo elitista”, denunció.
“Yo no soy ese tipo de hombre; yo hago música que la gente pueda disfrutar”, ratificó Zimmer, antes de recordar sus orígenes en el ámbito del rock and roll y del pop y hasta una vieja actuación junto a Mecano en Segovia (centro de España) en 1984.
A este respecto, defendió además que “se pueden decir cosas malas de Hollywood y del cine, pero también hay que señalar que es uno de los pocos mundos que siguen comisionando música de orquesta a todas horas”.
“Este es un ‘hobby’ muy caro y es importante mantener las orquestas vivas, porque sin ellas desaparecerá parte de nuestra humanidad”, apostilló.