Ciencia y Tecnología

Capa de ozono, primordial filtro de rayos ultravioleta

La capa de ozono es la zona de mayor concentración de moléculas de ozono en la estratosfera, tiene un grosor de 10 a 20 kilómetros, la cual sirve como un filtro contra los rayos ultravioleta (UV) emitidos por el Sol.

Esta área es capaz de atrapar entre 95 y 99 por ciento de los rayos ultravioleta, así mediante este recubrimiento se pueden evitar en gran medida enfermedades como cáncer de piel y cataratas en los ojos, entre otras.

Debido a la importancia que ésta tiene sobre los seres humanos, cada 16 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, en conmemoración de la fecha de la firma, en 1987, del Protocolo de Montreal sobre la disminución de sustancias que agotan la capa de ozono.

El tratado exige la eliminación gradual de la producción y consumo de casi 100 sustancias químicas en varias categorías destructoras del ozono, con el objetivo de eliminarlas de manera paulatina, conforme un calendario.

Dicho protocolo fue firmado porque, en 1985, se detectó por primera vez un agujero en la capa de ozono en la Antártida, el cual se origina cuando los rayos del Sol que regresan catalizan reacciones que involucran formas de cloro y bromo, químicamente activas, creadas por el hombre, que destruyen esta capa.

A principios de año, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) reveló la primera prueba directa de la recuperación de agujeros de ozono, luego de la prohibición de sustancias químicas como los clorofluorocarbonos.

En el estudio de la agencia espacial estadunidense, los científicos demostraron mediante observaciones satelitales directas del agujero de ozono, que los niveles de cloro que destruye el gas encargado de proteger a la Tierra de los rayos ultravioleta del Sol, disminuye, lo cual reduce el agotamiento de la capa.

Las mediciones exponen que la baja del cloro, es por la prohibición internacional de productos químicos que contienen cloro llamados clorofluorocarbonos (CFC), destacó en su momento la NASA en su página de Internet.

El impedimento dio como resultado 20 por ciento menos de agotamiento de la capa de ozono, en comparación con el año 2005, primer año que las mediciones de cloro y ozono durante el invierno antártico fueron hechas por el satélite Aura de la NASA.

“Vemos claramente que el cloro de los CFC está bajando en el agujero de ozono y que está ocurriendo menos agotamiento del ozono debido a él”, dijo la autora principal del estudio Susan Strahan, científica atmosférica del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.

Los especialistas emplearon datos de una herramienta instalada en el satélite Aura, que realiza mediciones continuas en todo el mundo desde la mitad del 2004.

Por su parte, la coautora del estudio, Anne Douglass indicó que en el futuro, el agujero de ozono antártico debería continuar recuperándose de manera gradual a medida que los CFC abandonan la atmósfera, lo cual llevará varios años.

“En lo que respecta al agujero de ozono, estamos viendo 2060 o 2080. Y aun así, podría haber un pequeño agujero”, abundó Douglass.

En 2017, mediciones satelitales revelaron que el agujero en la capa de ozono de la Tierra que se forma sobre la Antártida cada septiembre, fue el más pequeño desde 1988, destacaron la NASA y la NOAA.

El hoyo de ozono alcanzó su punto máximo el 11 de septiembre de 2017, con un tamaño dos veces y medio mayor que Estados Unidos, para luego disminuir durante el resto del mes y hasta octubre.

Las mediciones basadas en tierra y globo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) mostraron la menor cantidad de agotamiento de ozono sobre el continente durante el pico del ciclo de agotamiento del ozono desde 1988.

Los investigadores estiman que el agujero de ozono antártico se recupere a los niveles de 1980 alrededor del año 2070.

NTX/ICB/LCH/CYMA

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