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David Foster Wallace, diez años del suicidio de un autor de culto

Fue un 12 de septiembre, este miércoles hace una década, cuando uno de los escritores más brillantes e influyentes de su generación, convertido hoy en autor de culto, se suicidó ahorcándose en su casa a los 46 años.

Hacía 12, en 1996, que David Foster Wallace (Nueva York, 1962 – Claremont, California, 2008) había publicado ‘La broma infinita’, laberíntica y experimental novela con la que revolucionó la literatura norteamericana, a menudo comparada con el ‘Ulises’, de James Joyce. Aquella había sido su segunda novela terminada. Póstuma, y sin terminar, dejó ‘El rey pálido’ (Mondadori, 2011), en la que trabajaba desde hacía años y que no quiso destruir.

La mente brillante de Foster Wallace situó al lector en ‘La broma infinita’ en un futuro próximo entre un centro de rehabilitación para drogadictos y una elitista academia de tenis (deporte que practicó en su adolescencia). La innovadora historia, de más de mil páginas y con múltiples personajes y centenares de notas, le permitió tratar temas como las adicciones a las drogas, al alcohol, al deporte, al sexo o al entretenimiento pero también las relaciones familiares, la política, el arte y el cine.

Foster Wallace, amigo íntimo de Jonathan Franzen (el autor de ‘Las correcciones’ y ‘Libertad’, ya había intentado suicidarse antes. Aquella mañana del 12 de septiembre del 2008, su mujer, Karen Green, le dejó en casa para ir a preparar una exposición sin que nada le indicara las intenciones de su marido. Cuando volvió vio que se había colgado en la patio trasero. Según su padre, sufría depresión desde hacía 20 años y la medicación le había ayudado en su creación, aunque tenía efectos secundarios e intentó dejarla. La depresión volvía y probó otras terapias para anularla, como la electroconvulsiva, sin lograr vencerla.

Nacido en Nueva York, hijo de profesores universitarios de filosofía y literatura, creció en la ciudada de Champaign (Illinois). En 1987 publicó su primera novela, ‘La escoba del sistema’, con una buena acogida de la crítica. Fue profesor de liteatura en la facultad Emerson College de Boston y trabajó en el departamento de inglés de la Universidad Estatal de Illinois. el éxito le llegó con ‘La broma infinita’, que la revista ‘Time’ incluyó entre las cien mejores novelas en inglés publicadas desde 1923.

También escribió, diseccionando a menudo la sociedad posmoderna, relatos, reportajes y entrevistas en numerosas revistas como ‘GQ’, ‘The New Yorker’, ‘Rolling Stone’, ‘Playboy’, ‘The Paris Review’ o ‘Esquire’ y se alzó en indiscutible líder de una generación de escritores americanos entre los que además de Jonathan Franzen figuran nombres como A. M. Homes, William T. Vollman y Richard Powers.

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