El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha decidido darse un buen homenaje. Y para gozarlo aún más, ha querido que su momento quedara bien inmortalizado.
Tanto, que los vídeos de la cena en la que se le ve comiendo suculentos trozos de carne servidos por el afamado chef ‘Salt Bae’ en Estambul no han tardado en hacerse virales.
Y han tardado menos aún en indignar a Venezuela, donde según llevan meses denunciando las ONGs, el hambre se ha disparado por la crisis económica. “Esto es una sola vez en la vida”, celebra Maduro junto a su esposa Cilia Flores mientras el cocinero turco Nusret Gökçe, apodado Salt Bae, corta pedazos de carne en uno de sus restaurantes, donde suele atender personalmente a celebridades como Leonardo Di Caprio y Cristiano Ronaldo.
El gobernante socialista, que ha regresado la madrugada de este lunes a Caracas desde China -adonde viajó el jueves pasado en busca de financiamiento-, ha confirmado que paró en Estambul para atender una invitación a almorzar con autoridades turcas.
“Compartimos en un restaurante famoso. Le envío de aquí un saludo a Nusret, nos atendió él personalmente, estuvimos conversando, disfrutando con él (…), ama a Venezuela”, ha dicho el mandatario en cadena de radio y televisión.
Más temprano, al difundir las grabaciones en redes sociales, Salt Bae le agradeció al presidente la visita. Las borró de Instagram cuando ya eran virales entre miles de críticas.
El plato por persona en los restaurantes de Salt Bae cuesta entre 70 y 250 dólares, de acuerdo con medios especializados. Eso representa entre dos y ocho meses del salario mínimo en Venezuela, según la cotización oficial.
En otro video en el restaurante, Maduro fuma un habano sacado de una caja con su nombre en una placa dorada, y recibe una camiseta con la imagen del chef.
Durante la visita de Maduro, exchofer de autobús que se define como “presidente obrero”, el local estuvo custodiado por hombres fuertemente armados que portaban insignias policiales turcas.
“Comiendo carne y fumando habanos (…) con los dólares que se niegan para comprar medicinas y alimentos: PRESIDENTE OBRERO”, ha denunciado el disidente chavista Nicmer Evans, aludiendo a la severa escasez en Venezuela.
Al concluir la comida, Maduro se despide del chef con un abrazo y le dice: “Nos vemos en Caracas pronto. Gracias”.
La crisis de Venezuela, con una hiperinflación estimada en 1.000.000% para 2018 por el FMI, llevó a 87% la pobreza en 2017, según un estudio de las principales universidades del país. El gobierno, que asegura ser víctima de una “guerra económica” de empresarios de derecha, afirma que ese índice es de alrededor del 20%.
La investigación estima que 60% de los venezolanos ha perdido en promedio 11 kilos de peso, por una dieta con exceso de harinas y falta de proteínas.
Maduro aumentó el salario mínimo, que antes apenas alcanzaba para un kilo de carne, en 3.400% y fijó los precios de la canasta básica, agravando el desabastecimiento, pues los productores dicen no poder cubrir los costos de producción.