Katherine Dey es una enfermera de Nueva York que dedica su tiempo libre a hacer los pasteles más perturbadores.
Estos pasteles 100 % comestibles tienen un aspecto poco apetitoso aunque son realmente impresionantes.
Sus creaciones van desde órganos y cabezas decapitadas hasta calaveras y bustos.
Esta artista comenta que le encanta crear sensaciones diferentes a sus clientes, es decir, la sensación de comer algo delicioso con un aspecto terrorífico.
La gente reacciona de manera opuesta a sus creaciones pues muchos encuentran sus pasteles como algo asqueroso, sin dejar de ser sorprendente.