Ciencia y Tecnología

Remolinos lunares relacionados al pasado volcánico de la Luna

Un nuevo estudio sugiere que los remolinos lunares, pueden ser generados por la interacción de hace unos tres mil millones de años entre la lava en erupción y el campo magnético de la Luna.

La investigación hecha por la Universidad de Rutgers y la Universidad de California en Berkeley, propone al dinamismo del pasado antiguo de la Luna como un lugar con actividad volcánica y un campo magnético generado en el interior.

Los remolinos lunares se asemejan a nubes brillantes y serpentinas pintadas en la superficie oscura de la luna. El más famoso, es Reiner Gamma, con cerca de 64 kilómetros de largo.

Gran parte de estas figuras en la superficie de la Luna, comparten su ubicación con potentes campos magnéticos localizados, destaca la Universidad de Rutgers en su página de Internet.

Los patrones brillantes y oscuros pueden aparecer cuando los campos magnéticos desvían las partículas del viento solar, esto genera que algunas partes de la superficie lunar caigan más lento.

“La causa de esos campos magnéticos y, por lo tanto, de los propios remolinos, había sido un misterio. Para resolverlo, tuvimos que descubrir qué tipo de característica geológica podría producir estos campos magnéticos, y por qué su magnetismo es tan poderoso”, dijo la coautora del estudio, Sonia Tikoo.

Mediante modelos matemáticos para los “imanes” geológicos, los científicos descubrieron que cada remolino debe estar sobre un objeto magnético que es estrecho y enterrado cerca de la superficie de la Luna.

Una de las imágenes es consistente con tubos de lava, estructuras largas y estrechas formadas por lava (estructuras largas y estrechas formadas por lava que fluye durante las erupciones volcánicas) o con diques de lava, hojas verticales de magma inyectadas en la corteza lunar.

Sin embargo, este resultado planteó la interrogante de cómo los tubos de lava y diques podrían ser tan magnéticos, cuya respuesta radica en una reacción que puede ser única en el entorno de la Luna en el momento de las erupciones antiguas, hace más de tres mil millones de años.

Experimentos anteriores hallaron que varias rocas lunares se vuelven magnéticas cuando se calientan a más de 600 grados Celsius en un ambiente libre de oxígeno, esto porque ciertos minerales se descomponen a altas temperaturas y liberan hierro metálico.

Además, si hay cerca un campo magnético fuerte, el hierro recién formado se magnetizará en la dirección de ese campo, no obstante, esto no sucedería en la Luna, donde no hay un campo magnético global para magnetizar el hierro.

Un estudio reciente de Sonia Tikoo descubrió que el antiguo campo magnético de la Luna duró de mil millones a 2.5 mil millones de años más, contrario a lo pensado por los científicos.

Esto pudo favorecer con la creación de tubos de lava o diques, cuyo alto contenido de hierro se hubiera vuelto magnético.

“Nadie había pensado en esta reacción en términos de explicar las características magnéticas inusualmente fuertes en la Luna. Esta fue la última pieza en el rompecabezas de la comprensión del magnetismo, que subyace a estos remolinos lunares”, apuntó Tikoo.

NTX/ICB/MSG

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