Vida de grandes ciudades colapsaría sin autoorganización y autonomía
Sin autoorganización y autonomía, la vida de las megalópolis colapsaría de manera inmediata, afirmó Conrado Tostado, coordinador del Primer Foro Internacional de Megaciudades, iniciativa de diversas instituciones, con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
El curador de arte consideró que es fundamental generar procesos de comunicación entre los niveles de gobierno con la ciudadanía, para definir acciones que deriven en un crecimiento y desarrollo que beneficie a toda la sociedad. Ello, dijo, es necesario, porque la opinión de ésta sigue siendo invisible en el plano político.
En un comunicado del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, el escritor y museógrafo informó que las estrategias para que las ciudades crezcan de manera ordenada son importantes para evitar colapsen las grandes urbes del mundo, y se refirió al caso de la Ciudad de México, que es la quinta más poblada a nivel mundial.
Sostuvo que los procesos de crecimiento de la capital del país se han dado de forma desigual, provocando problemas internos como la falta de acceso a servicios públicos en algunas zonas, la invasión de construcciones modernas en espacios que no se dan abasto para sostenerlas y la obstrucción de vialidades, por mencionar algunos.
La autoorganización y autonomía no son un proyecto sino una realidad y una forma de construcción social; el origen mismo de las grandes ciudades ha sido autónomo, lo que implica una autourbanización de las calles, drenajes, de los servicios de alumbrado, entre otros, explicó.
La ciudad debe verse como un órgano completo y de esa manera llevarse a cabo el desarrollo y no por partes en los diferentes municipios y barrios, debe ser un entendimiento completo y no fraccionado de la mega urbe, apuntó.
El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dio a conocer que 55 por ciento de la población mundial vive en ciudades actualmente, y estima que, habrá un incremento de hasta 13 por ciento en 2050, por lo que el desarrollo sostenible encabezado por los países de ingresos medios y bajos dependerá de una gestión organizada del crecimiento urbano.
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