Nuevos estudios sobre células madre demuestran resultados alentadores para tratar el autismo
Investigaciones médicas recientes sobre el uso de células madre de la sangre de cordón umbilical han demostrado su efectividad en el tratamiento de pacientes con trastorno autista, como los resultados obtenidos en la Universidad de Duke, Carolina del Norte, así como el Instituto Sutter para la Investigación Médica, en Sacramento, ambos en Estados Unidos.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) comprende un conjunto de problemas vinculados al neurodesarrollo con manifestaciones preferentemente cognitivas y de comportamiento, que ocasionan notables limitaciones en la autonomía personal.
En México, la Secretaría de Salud refiere que hay aproximadamente cerca de 95 mil niños entre cero y cuatro años y 298 mil entre 5 y 19 años con trastornos del espectro autista. La prevalencia en México es de un niño en 115, de acuerdo con los resultados del primer estudio epidemiológico de prevalencia del TEA, realizado en este año.
La revista médica StemCells Translational Medicine publicó en febrero 2018, los resultados obtenidos por el Instituto Sutter para evaluar la viabilidad de tratar a niños autistas mediante el uso de su propia sangre extraída del cordón umbilical.
Michael Chez, M.D., del Instituto de Neurociencia Sutter, fue el responsable de este estudio aleatorio doble ciego cruzado con placebo controlado, en el que participaron 29 niños con autismo en edades de 2 a 6 años, que tuvieran sangre de cordón umbilical criopreservada en algún banco de células madre, privado o público.
A la mitad del grupo se le aplicó sangre de cordón umbilical (SCU) y a las 24 semanas una solución salina, mientras que, al resto de los niños, primero se les aplicó la solución salina y a las 24 semanas SCU.
La evaluación final se dio después de 49 semanas y en conclusión se registró una notable mejoría de los síntomas de niños con Trastorno del Espectro Autista, específicamente se observaron cambios positivos principalmente en el comportamiento social, en el habla y en el aprendizaje, de acuerdo con las escalas de medición aplicadas. Además de que los
padres de familia manifestaron la mejoría en sus hijos y no se reportaron eventos adversos relacionados con la infusión de SCU autóloga.
Los resultados dados a conocer hasta ahora indican que este tratamiento puede ayudar a reducir la inflamación y las células de señal para ayudar a reparar las áreas dañadas del cerebro.
Por otro parte, la Dra. JoanneKurtzberg, quien dirige las investigaciones médicas sobre autismo en laUniversidad de Duke concluyó recientemente, luego de dos años, el estudio“Eficacia de la infusión intravenosa de sangredel cordón umbilical como terapia celular para niños contrastorno del espectro autista”. Los resultados dados a conocer hasta ahoraindican que este tratamiento puedeayudar a reducir la inflamación y las células de señal para ayudar a repararlas áreas dañadas del cerebro.
Con el autismo, las zonas del encéfalo, responsable de la memoria, concentración, atención y lenguaje, se encuentran dañadas. Lo que hacen las células madre es mejorar la circulación de la sangre y el oxígeno en esta parte del cerebro, reemplazan las neuronas afectadas y estimulan la formación de nuevos vasos.
La directora científica de STEM Medicina Regenerativa de Bogotá y asesora científica de Cryo-Cell Dra. Mabel Ávila Portillo, señala que existen alternativas para mejorar la calidad de vida del paciente y del cuidador, como ha quedado demostrado en las investigaciones de la Universidad de Duke, que comprueban que la aplicación de células troncales en niños autistas contribuye a la formación de vasos sanguíneos y mejora la conectividad, lo que se traduce en mejoras en el comportamiento social, el contacto visual y la autonomía de los pacientes.
Agrega que incluso en los niños con autismo se presenta un problema de alteración a nivel cerebral del sistema inmune; las células troncales de la sangre del cordón umbilical han demostrado que modulan esa respuesta inmune, además que con la formación de nuevos vasos se logra una mejoría de algunas zonas del cerebro del niño y en sus habilidades, independientemente si el autismo es genético o no, mejora algunas de sus habilidades.