Fútbol

Una Bombonera abarrotada pide a Boca ganar la Libertadores

Al grito de “dale dale Booo, queremos la copa”, miles de hinchas de Boca Juniors colmaron el estadio La Bombonera este jueves para alentar a los jugadores durante una práctica a dos días del histórico clásico ante su archirrival River Plate por la final de la Copa Libertadores.

Es la primera vez que este emblemático escenario deportivo abre sus puertas al público para un entrenamiento. La decisión de hacerlo responde a la imposibilidad de los hinchas boquenses de asistir el sábado al estadio Monumental.

Los dos gigantes del fútbol argentino, que por primera vez definirán un título continental, acordaron disputar la serie de dos partidos sólo con público local, en sintonía con la prohibición de visitantes que rige en el fútbol argentino desde 2013, aunque con algunas excepciones.

Bajo la consigna “Jugamos Todos”, Boca lanzó la convocatoria a sus hinchas para apoyar al equipo dirigido por Guillermo Barros Schelotto y aquellos respondieron de a miles pese a la lluvia que caía sobre la capital argentina y que el evento coincidía con horario laboral.

Como el acceso era gratuito y permitido al público en general “no restringido para socios, como sucede en los partidos oficiales” los fanáticos superaron en número la capacidad del estadio (50 mil personas), por lo cual debieron cerrar los accesos una hora antes del inicio de la práctica.

Varios cientos que quedaron a afuera intentaron ingresar por la fuerza, pero la policía los repelió con gases lacrimógenos.

“Nuestras disculpas a todos los que no van a poder entrar, pero somos tantos millones. Gracias. Esto es Boca”, escribió el club en su cuenta oficial de Twitter.

Si no hubiera sido por la presencia de cuatro arcos en el campo de juego, el clima en la Bombonera fue similar al de un partido por el campeonato. La hinchada ovacionó la salida del equipo al campo de juego, con el capitán Fernando Gago a la cabeza.

Los jugadores, vestidos con ropa de entrenamiento, se pararon en el círculo central y saludaron con los brazos en alto. Luego empezó el precalentamiento con un ejercicio que consistía en pararse en ronda y un futbolista en el medio que debía recuperar el balón que se pasaban entre sí sus compañ

A los pocos minutos, un hincha saltó al campo de juego con la intención de saludar a los jugadores, pero fue detenido por la policía. Carlos Tevez, el capitán sin cinta que pelea por un lugar en el once titular, lo fue a buscar, le dio un abrazo y le regaló su sudadera.

El entrenamiento, que continuó con fútbol en espacio reducido, no dejó pistas del equipo que jugará el sábado.

Se mantiene la duda en el arco entre Agustín Rossi, figura en el 2-2 del partido de ida jugado hace dos semanas, o Esteban Andrada, titular hasta que sufrió una rotura de mandíbula en cuartos de final ante Cruzeiro y ya está recuperado.

La otra incógnita está en ataque con el reemplazante de Cristian Pavón, baja por un desgarro. Tevez, el colombiano Edwin Cardona y Mauro Zárate pelean un puesto.

Boca busca ganar la séptima Libertadores de su historia, mientras River la cuarta. De mantenerse la igualdad después de 90 minutos, jugarán un alargue de 30 minutos. Si no hay un vencedor, el trofeo se definirá por tiros desde el punto de penal.

Después de una hora, los jugadores de Boca dieron la vuelta alrededor de la cancha para agradecer el apoyo y la hinchada los despidió al grito de “en la cancha de River vamos a ganar y la vuelta, la vuelta vamos a dar”.

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