El diagnóstico oportuno es la clave para llevar una buena calidad de vida cuando se padece hipertensión arterial, una enfermedad que afecta a uno de cada tres adultos mexicanos, señaló el especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Enrique Díaz Díaz.
“En México hay 23 millones de personas hipertensas, de las cuales 11 millones no lo saben”, aseguró el jefe de la División de Cardiología de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) del Centro Médico (CMN) Siglo XXI.
Por ello, es importante acudir a una revisión periódica y ceñirse a la prescripción médica y a las recomendaciones de hábito saludables.
Comentó que entre 60 y 70 por ciento de quienes padecen hipertensión no presentan síntomas hasta que la enfermedad avanzó y registra complicaciones.
Cada año, el IMSS atiende a seis millones de derechohabientes diagnosticados con esta enfermedad y cada día se detectan 480 casos más, sin embargo, sólo hay un 10 por ciento de pacientes controlados, afirmó el especialista.
Díaz Díaz explicó que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica, incurable en un 95 por ciento de quienes la padecen, sin embargo, en el 5.0 por ciento restante el padecimiento es secundario a algún otro problema de salud.
Al menos 2.0 por ciento, indicó, es hipertensión por estenosis de la arteria renal y pueden ser sometidos a un procedimiento llamado Angioplastía Renal con Stent en el que el Centro Médico Nacional Siglo XXl es pionero y ofrece un nivel de éxito total.
En un comunicado resaltó que “la presión arterial es la fuerza con la cual el corazón saca la sangre y esa fuerza presiona a las arterias, tanto en el momento de la contracción (sístole/presión alta) como en el de la relajación (diástole/presión baja) esto, lleva a que el corazón trabaje más”.
La hipertensión arterial es el factor de riesgo cardiovascular más prevalente en México y en el mundo. A nivel global, mil millones de personas padecen esta enfermedad, de ahí la insistencia de tener un diagnóstico oportuno, reiteró.
El padecimiento se origina por herencia, diabetes, obesidad, sedentarismo y tabaquismo, pero afecta el sistema nervioso central, los ojos, el corazón e incluso el riñón puede resultar afectado.
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