Los fans mexicanos de Muse han tenido la oportunidad de ver a la banda británica en varias ocasiones a lo largo de los años, sin embargo, cada reencuentro es especial por la curiosidad del show en vivo que se prepara en cada ocasión.
Sabemos que estos músicos gustan de la iluminación, los efectos visuales e incluso la compañía en escena de actores y bailarines que representan la historia contada por cada disco de la banda, por lo que cada regreso a nuestro país marca la reunión obligadas des sus viejos y nuevos fans.
La cita fue en el Foro Sol el miércoles 2 de octubre, donde a partir de las 17:00 horas, las puertas se abrieron para los primeros fanáticos, aunque el show comenzó a las 9:22 pm, con algo de viento frío pero un cielo despejado, un clima inmejorable para ver el regreso triunfal de una banda muy querida por México.
La noche inició con Algorithm y Pleassure, que encendieron los ánimos del público por la mera aparición de Matt Bellamy (voz, guitarra, teclados), Dominic Howard (batería, percusión) y Christopher Wolstenholme (bajo, teclados, coros). Sin duda el reencuentro con tu artista favorito siempre resulta emocionante y hasta liberador.
Una de las características de Matt a lo largo de estos años de carrera es un performance en vivo lleno de energía pero también de adentrarse en su papel como personaje del mundo que crea en sus canciones: ropa neón adornada con luces led, lentes de luz neón y por supuesto, guitarras modificadas para lograr armónicos y sonidos sintetizados estuvieron a la orden de la noche, un verdadero desfile de toda su colección de instrumentos.
Psycho, Uprising y Propaganda nos llevaron a la parte más política de la banda, donde Bellamy expresa su constante percepción de un mundo sometido por personas poderosas que dominan las reglas de nuestra vida de manera casi explícita.
Después vendría uno de los grandes clásicos de la banda: Plug in Baby, una de las canciones que marcó la carrera de Muse al poner de manifiesto la ambición de Matt por conjuntar riffs de guitarra elaborados con una base de rock coreable perfecta para estadios, que hiciera estallar a la gente con gritos al unísono.
El ambiente en el Foro Sol era de emoción en general, sabemos que Muse es el tipo de banda que convoca a fans muy entregados dispuestos a vivir el momento con mucha energía. Se escucharon algunos comentarios acerca de porqué el show de luces parecía ser menor que en otras ocasiones, sin embargo, esta percepción se hizo menor cuando en el escenario apareció un enorme títere inflable en forma de monstruo que hacían ver a Dominic y su batería de un tamaño muy pequeño.
Otro combo de canciones muy esperadas fue el que conformaron Supermassive Black Hole, Thought Contagion, la poderosa Hysteria y el experimento sonoro Unsustainable, para quienes recuerdan el coqueteo de Muse hacia el género Dubstep durante el disco The second Law.
Hacia el final de la noche, Madness, Mercy y Time is Running Out dejaron completamente eufóricos a los asistentes, principalmente a los que estaban en la pista del Foro Sol. Un momento interesante fue cuando la banda interpretó Take a Bow, una pieza que, aunque nunca fue sencillo ni es muy conocida, ocupa un lugar especial en el corazón de los fans por su rareza armónica, mezclada con beats electrónicos.
Para cerrar este poderoso reencuentro con el público mexicano, no podían faltar la coreable Starlight, un medley conformado por las canciones Stockholm Syndrome, Assassin, Reapers, The Handler y New Born, para cerrar de manera épica con la esperada Knights of Cydonia, que desde hace un par de años funge como la pieza ideal para cerrar un concierto de Muse.