Hugo Blanco presenta el tema “Guajira con arpa” de Color de Trópico
Una declaración musical donde la fusión llega sin complejos
Pocos años después de cautivar al mundo con “Moliendo Café”, Hugo Blanco continuaba su expedición personal por los confines del ritmo. Su arpa viajera le acompaña inseparable cuando se trata de derribar fronteras geográfico-musicales y conquistar nuevos territorios, espacios infinitos de panculturalidad latinoamericana.
“Guajira con Arpa” es una declaración musical donde la fusión llega sin complejos, en la que Blanco se acerca al Caribe a y Venezuela mediante elementos estratégicos de ambos. Así pues, en esta guajira de origen cubano un arpa venezolana toma la batuta, las trompetas de clasico conjunto isleño le acompañan en el viaje, pero no olvidan que se encuentran en la era del rock and roll. En las manos de Blanco todo se recoge de un modo distinto, atemporal, siempre vigente, con los ojos enfocados en el horizonte: la modernidad.
Nada más empezar, el arpa marca el tumbao hasta llegar la percusión a hacer lo propio. La batería establece un espacio en común, casi neutro para que Caribe y Venezuela brillen con la misma intensidad. El arpa insiste y hace una figura cercana al pajarillo venezolano, cogiendo vuelo y revelando la nacionalidad del protagonista. La guitarra eléctrica le invade, con ritmo sincopado y casi como un elemento rítmico más, así, lo local se renueva vistiendo un nuevo look.
Blanco pasa así a la historia, fue un renovador, un creador de ritmos y precursor de otros tantos dentro en su país. Su fina sensibilidad se siente en este tema, que representa a la Venezuela de los sesenta con una desfachatez casi rocanrollera, fresca, siempre joven y repleta del sabor del baile afrocaribeño.
“Guajira con arpa” es el primer single de Color de Trópico. Un LP recopilatorio que nos nos sumerge en la fusión que moderniza la música Venezolana de 1966 a 1978. Se suceden sin ambages el jazz, el rock, la salsa, el funk, psicodelia, música progresiva y disco; además guajira, cumbia e, incluso, el autóctono joropo. La figura del visionario es crucial y, aunque Venezuela cuenta con una larga tradición de pioneros, no siempre han recibido el honor que merecen.