Baird comparte su más reciente sencillo titulado “Beluga Baby”
"Una canción de amor que le escribí a un auto"
Baird comparte su último sencillo, “Beluga Baby”, la segunda pista extraída de su próximo proyecto, BIRDSONGS Vol 2.; que se lanzará el 20 de octubre a través de EQT Recordings (JPEGMAFIA, Masego).
“Beluga Baby” combina un ritmo de guitarra con toques de Bossa Nova y un collage de percusión de mano con sintetizadores de la costa oeste y cajas de ritmos granuladas. Como en “Chasing Deer”, Baird conecta estas influencias y estilos dispares a través de una vibra común en su mundo musical fuera de tiempo y lugar. Tomando de referencia una gama ecléctica de autores musicales que fusionan géneros como Jai Paul, Arthur Russell y más, Baird escribió y grabó BIRDSONGS Vol. 2 él mismo, mezclando ritmos deformados de Ableton, licks sueltos de guitarra y poemas de su diario.
Su próximo proyecto es una fusión de esos variados sonidos electrónicos y acústicos. Gran parte de la diversidad sonora del proyecto se atribuye a la variedad de ubicaciones en las que se hizo, la música absorbe los lugares circundantes como una esponja. Después de graduarse en 2019, Baird pasó el verano en su casa en Baltimore elaborando las ideas iniciales para el proyecto mientras trabajaba simultáneamente como traductor español-inglés para un abogado de inmigración.
Cuando el verano llegaba a su fn, Baird estaba terminando de leer “Los detectives salvajes” de Roberto Bolaño, que inspiró una mudanza a la Ciudad de México. Allí, Baird vivía sobre un restaurante bullicioso en la colonia Condesa, pasando incontables horas de la tarde inmerso en la música del guitarrista brasileño Luiz Bonfá, los grupos de boleros Los Tres Ases y Los Panchos, y el synth-pop español de los 80’s, tomando lecciones semanales de guitarra de un músico callejero al que conoció en una noche de festa, jugando en las calles por la noche con amigos a cambio de propinas, comida y mezcal.
“’Beluga Baby’ es una canción de amor que le escribí a un auto. La primavera pasada, una amiga me prestó su Subaru Forrester 98 para usarlo durante el verano. Ella vivía en Nueva York y yo conduje el coche (llamado Beluga) desde la ciudad hasta Baltimore. Había grabado el lick de guitarra en mis notas de voz y, después de jugar con él en mi estudio, se me ocurrió el gancho. Cuando escribí la última línea, caí en la cuenta de que la canción también podría estar escrita para mi compañero del verano, el coche. Imaginé un mundo en el que vivía en Los Ángeles y lo recorría en el Beluga con la radio a todo volumen”.