Hasta el viento tiene miedo: una clásica película de terror mexicana
El terror no es un género muy común entre las producciones cinematográficas mexicanas. Sin embargo, a principios de los 60 y hasta finales de los 80 un hombre aterrizó en la industria del cine para aterrorizar a familias de toda América Latina, su nombre: Carlos Enrique Taboada.
Es septiembre, el mes patriótico de México, y qué mejor oportunidad para analizar uno de los mejores títulos nacionales que dirigió Taboada. Veamos qué hace que Hasta el Viento tiene miedo sea inolvidable, y por qué vale la pena ver este clásico de culto de terror psicológico.
Para aquellos que nunca han oído hablar de esta película, se trata de un grupo de mujeres que viven en un internado. Deciden romper las reglas y entrar en una torre abandonada que liberará una fuerza extraña que las atormentará.
Maestro de la tensión
Vulture, la reconocida revista de cultura pop estadounidense incluyó esta película entre sus 15 películas para empezar con el terror mexicano, de las cuales escribieron “Lo que escuchamos en la tensión construida a través del ambiente, el viento epónimo en particular suena más perturbador de lo que muestra en pantalla”.
Carlos no solo fue un experto en incomodar al espectador, sino también a sus colaboradores y actores. La actriz Norma Lazareno dijo en una entrevista que durante el rodaje comenzaron a suceder “misteriosos” eventos paranormales, sin explicación.
Posteriormente el elenco descubriría que fue el propio director quien había hecho todo esto, sin embargo, la semilla ya estaba plantada. El elenco relata que debido a los trucos de Taboada hubo una especie de psicosis en el plató del rodaje, que les hizo reaccionar de una forma natural en las escenas más terroríficas.
Sutileza primero
En un momento en que los directores de terror preferían seguir fórmulas con gritos y caos, Taboada mantuvo su dirección simple, elegante y limpia. Además del escenario aterrador, en esta película la imagen se expresa por sí misma y el espectador debe prestar atención a los detalles visuales en todo momento.
Aunque la trama sea una simple historia de fantasmas, el guion te lleva a un mundo donde el pánico no es visible pero los personajes lo sienten y lo muestran. La película no solo es entretenida, sino que está bien escrita y dirigida.
Sonidos que siguen en tu cabeza
Se habla mucho del ambiente visual, pero muy poco del sonido. Raúl Lavista fue el encargado de orquestar la película, un aspecto técnico y artístico que se empataba con el nerviosismo visual y narrativo del director. Lavista usó instrumentos de viento bajo a los que agregó otras herramientas musicales cacofónicas como campanas que ponían los pelos de punta a los espectadores.
Marca un comienzo
Hasta el viento tiene miedo fue el comienzo en el género del terror para Taboada. El éxito entre la crítica especializada y la acogida positiva le permitió continuar con otras obras maestras como El libro de la piedra y Veneno para las hadas.
Pero no son los únicos que quedaron fascinados, ya que muchos mexicanos y latinoamericanos piensan que esta fue la película de terror que los mantuvo despiertos por las noches cuando eran niños.
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