Iniciativas buscan salvar la Laguna de Bacalar y sus estromatolitos
La Laguna de Bacalar, en Quintana Roo, también conocida como la “Laguna de los siete colores” por sus vibrantes tonalidades de azul y turquesa, enfrenta una grave amenaza debido al aumento de turismo y la falta de infraestructura adecuada para tratar las aguas residuales. Uno de los mayores riesgos recae sobre los estromatolitos, estructuras vivientes formadas por cianobacterias que han existido por miles de millones de años y que, actualmente, están en peligro.
Aunque estos organismos han sobrevivido a cinco extinciones masivas, hoy están en riesgo debido a la contaminación de la laguna. Las descargas residuales, agravadas por la falta de un sistema de saneamiento y la expansión turística impulsada por proyectos como el Tren Maya, presionan de manera crítica este delicado ecosistema.
Ante esta situación, el colectivo Regenera, junto con otros actores locales, ha lanzado una campaña de financiamiento colectivo para instalar baños secos en la zona turística de Bacalar. Esta medida busca mitigar el impacto ambiental y proteger la laguna, promoviendo un enfoque de sostenibilidad. Además, se planean jornadas de educación ambiental para sensibilizar a la población y los visitantes sobre la importancia de conservar los estromatolitos y su entorno.
Esfuerzos comunitarios como la “Guardería de estromatolitos”, liderada por ejidatarios y residentes, también forman parte de las iniciativas para proteger estos organismos únicos y vitales. A través de señalizaciones y programas de concientización, la población busca reducir el maltrato a los estromatolitos y garantizar la preservación de la laguna.
La Laguna de Bacalar, uno de los pocos lugares en el mundo donde los estromatolitos siguen vivos, continúa siendo una fuente crucial de oxígeno para el ambiente. Las iniciativas locales ofrecen una esperanza para preservar este ecosistema vital.
