Carlos Vives cumple promesa de armar gran fiesta en el Auditorio
Carlos Vives cumplió su promesa de armar tremenda fiesta en su presentación en el Auditorio Nacional, foro que la noche de este jueves 10 mil personas lo convirtieron en un multitudinario salón de baile.
Durante dos horas, el colombiano realizó un recorrido musical acompañado de su grupo y dos coristas, interpretando parte de sus éxitos a ritmo de vallenato, cumbia y hasta un par de canciones rancheras.
El llamado “Rey del Vallenato” no pudo haber tenido mejor inicio que con el tema “La bicicleta”, canción que apenas hace unos días rebasó la cifra de 210 mil descargas en las plataformas digitales de todo el mundo.
Vives, vestido con pantalón entubado de mezclilla, playera negra y chamarra de cuero del mismo color, se dijo muy emocionado de volver al “Coloso de Reforma” y se sorprendió al percatarse que las 10 mil butacas estaban ocupadas.
“¡Gracias México!”, dijo al saludar por primera vez al público, para de ahí en adelante contagiar con sus ritmos sudamericanos y su original estilo de vallenato, que mezcla con cumbia, pop y hasta rock, acompañado siempre de instrumentos originales creados por las razas surgidas en Colombia, como los indios nativos, los negros africanos y los españoles.
“Hace 24 años llegamos por primera vez a México, flotaba en el aire el aroma de esos personajes surgidos de Macondo. Llegué acompañado del acordeón del maestro Egidio Cuadrado y nos recibieron con esta canción”… Se trató de “La gota fría”, que desde los primeros acordes provocó que todo mundo se pusiera de pie y acompañara al cantautor a interpretar el tema.
A partir de ahí, ya nadie se sentó, pues Vives deleitó con un éxito tras otro y sólo en un par de ocasiones hizo un alto para platicar con la gente o posar para la clásica “selfie”.
Canciones como “Carito”, “Cañahuetera”, “Pa´Mayte”, “Ella es mi fiesta”, “Quiero verte sonreír” y “Déjame entrar” fueron las primeras que Vives entonó, sólo para ir “calentando motores”.
Y mientras el cantautor sudamericano, que para ese entonces ya estaba bañado en sudor porque en ningún momento se quedó quieto, ya que bailó con sus coristas, saludó, hizo “jabs” como boxeador y hasta sacó un balón de futbol para hacer unas cuantas nominadas, el público no dejó de gritar, de ondear banderas de Colombia, Venezuela, Panamá y México, creando una gran fiesta latina.
“Todos somos americanos, esta noche los colombianos que viven aquí vamos a confesar algo: también son mexicanos”.
La fiesta continuó con “La cartera”, “Al filo de tu amor”, “La foto de los dos”, y cuando el ambiente estaba al máximo, Vives ofreció un momento mexicano.
“Los colombianos estamos muy ligados a México gracias a su música y yo cada vez que vengo, al irme siempre prometo volver”, dijo a los presentes, para “arrancarse” con el tema “Volver volver”, provocando otra gran ovación y un monumental coro que lo acompañó e inmediatamente siguió con la canción “No volveré”.
Las sorpresas siguieron y el “Rey del Vallenato” presentó a un invitado, su paisano Sebastián Yatra, quien fue recibido con una cariñosa ovación, sobre todo de la enorme comunidad colombiana que anoche se hizo presente en el Auditorio. Juntos interpretaron “La tierra del olvido”.
Carlos Vives no se podía ir sin interpretar su éxito: “Volví a nacer”, y para ello invitó a una pareja del público. La joven, sorprendida porque el anfitrión le cantaba muy de cerca, de pronto se asombró cuando su pareja sacó un anillo y ahí frente a todos le pidió matrimonio, teniendo como testigo al cantante y a 10 mil personas más.
Y para cerrar con broche de oro esta fiesta latinoamericana, el colombiano volvió a interpretar “La bicicleta”, no sin antes pedir a los asistentes que le ayudaran a grabar un mensaje a su amiga Shakira, por su cumpleaños.
De esta forma concluyó una gran velada, que quedará grabada en la mente de Carlos Vives y de miles de personas que lo acompañaron en la velada.
NTX/ERV/ACJ