Cine

El Xoloitzcuintle, la raza mítica que Pixar retrata en 'Coco'

El Xoloitzcuintle (o perro sin pelo mexicano) es una raza canina que se asocia con los pueblos prehispánicos. Esta raza data de aproximadamente 8 mil años y se convirtió en el animal más cercano al hombre prehispánico. La palabra Xoloitzcuintle proviene del vocablo Xolotl (Dios Xolotl) e Itzcuintli (perro, paje). Al perro se le consideraba un animal sagrado pues se creía que acompañaba a sus amos hacia al inframundo y los ayudaba a llegar al Mictlán, por lo que en ocasiones eran enterrados con ellos.

En la mitología, Xolotl es el hermano gemelo de Quetzalcóatl, era una deidad que estaba asociada a lo anormal y monstruoso. Xolotl es el Dios con forma de perro y sin pelo que se metamorfoseaba en varios animales, uno de ellos el axolotl.

Durante muchos años fue muy apreciado por su carne, y era consumido regularmente por los mexicas sobre todo en banquetes de boda y funerales.

Los pueblos mesoamericanos creían que estos ejemplares poseían poderes curativos y que dormir con uno podía aliviar malestares asociados con el asma, reumatismo y cólicos menstruales por su “calor”.

Al estar tan arraigado entre las costumbres y la religión de pueblos prehispanicos, los españoles intentaron terminar con la especie, y casi lo lograron, pero los xolos al ser tan inteligentes y confiar en su instinto, se refugiaron en la sierra de Oaxaca y Guerrero donde se mantuvieron ocultos durante muchos años, y no fue sino hasta la década de los 50 del siglo pasado cuando fue oficialmente reconocido como raza por la Federación Canófila Mexicana y la Federación Cinológica Internacional.

El “Xolo” nace sin pelo debido a que su raza es portadora de un gen dominante recesivo el cual causa una displasia dérmica en la piel que además causa una hiperpigmentación en la misma. Por esta misma razón, los perros de esta raza carecen de algunos dientes premolares y algunos incisivos con los cuales nacen pero los cuales pierden al mudar o con el paso del tiempo.

Un xoloitzcuintle se cuida como cualquier otra raza de perros. Come carnes, verdura (en poca proporción) y croquetas. Es un animal maravilloso que con un baño y un poco de crema -no aceite- mantendrá su piel tersa.

Su esperanza de vida va de los 12 a los 14 años, y al ser una raza primitiva es difícil que tenga enfermedades o problemas congénitos. Eso sí, aunque su piel segrega un aceite que la protege del sol y de las picaduras de insectos, si sabes que vas a pasar mucho tiempo al sol con tu xolo, es recomendable que le compres un bloqueador especial para mascotas y se lo apliques para protegerlo, también si estarás en sitios con muchos mosquitos u otro tipo de insectos que puedan picarlo o morderlo, habrá que ponerle un repelente adecuado.

Los Xoloitzcuintles requieren de una muy buena dosis de ejercicio, ya que son muy juguetones y tienen una gran cantidad de energía; si no se ejercitan regularmente, podrían volverse destructivos, pero no porque sean malos, sino porque desean llamar tu atención.

Puede convivir con otros perros sin el temor de que se le “peguen” las pulgas y pueden dormir en la cama puesto que no albergan ectoparásitos.

El Xoloitzcuintle es considerado como un perro hipoalergénico, ya que al no tener pelo, no puede causar alergia en las personas que lo son al pelo de los perros, además esa ausencia de pelo propicia el que no tengan pulgas.

Mucha gente conserva la idea, de origen prehispánico, de que los xolos tienen una temperatura más elevada que la de otros canes. Falso, puesto que esta raza mantiene la temperatura estándar de otras razas, que es de 38 grados pero al tacto se siente “más caliente” debido a su falta de pelaje.

NOTICIAS RELACIONADAS

Back to top button