Andrés Manuel López Obrador, candidato ganador de la elección presidencial, sostuvo que cumplirá lo que prometió en campaña, por lo que habrá “un gobierno austero, sencillo”, pero dijo que trabajadores de base y sindicalizados conservarán su empleo y el ajuste será “en las altas esferas del gobierno”.
En un mensaje a medios informó que durante las reuniones que ha sostenido con quienes han sido propuestos para ocupar secretarías en el próximo gobierno se revisan proyectos para el ajuste en “estructuras administrativas”, a fin de aplicar el Plan de Austeridad Republicana cuyos detalles se presentarán este domingo.
Aseguró que también se realizará el proceso descentralización de las dependencias federales, pues no se quiere que la inversión pública sea sólo en una, dos o tres entidades del país, sino que el crecimiento sea horizontal, parejo, para que todas las regiones se beneficien, aunque reconoció que se necesitan las condiciones para ello como que los empleados puedan acceder a casa y sus hijos a educación.
Anotó que “no puede haber un gobierno rico con pueblo pobre”, por lo que el que encabezará será honesto y sencillo, y reiteró que continuará viajando en aviones comerciales y se terminarán lujos y privilegios de altos funcionarios.
En la reunión que sostuvo en este marco con Carlos Urzúa, próximo secretario de Hacienda, detalló que se habló sobre el buen ambiente con el que recibieron los mercados financieros internacionales el próximo cambio de gobierno y la confianza que se manifiesta en que no han sucedido desequilibrios financieros en estos días.
Agregó que también ayudó la visita que realizó la delegación estadunidense, que incluía al secretario de Estado, Michael R. Pompeo, a las oficinas ubicadas en la calle Chihuahua 216, además de que con el sector empresarial nacional existe, por su parte, la disposición de ayudar.
En este sentido añadió que el proceso formal de transición iniciará a partir de que el Tribunal Electoral emita su fallo y le declare presidente electo.
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