Por pruebas insuficientes, Elba Esther Gordillo quedó en libertad la noche del martes. Aunque no concedió entrevistas, será el día en que arrancará el ciclo escolar 2018-2019, el próximo 20 de agosto, cuando la expresidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) salga a pronunciarse tras más de cinco años en la cárcel y prisión domiciliaria, confirmó su abogado Marco Antonio del Toro.
El 26 de febrero de 2013, Gordillo fue detenida en el aeropuerto de Toluca. El entonces procurador General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, subrayó que la Unidad de Inteligencia Financiera había presentado una denuncia formal y la acusó de una operación irregular por dos mil 600 millones de pesos en dos cuentas bancarias del SNTE. Se le atribuyeron los delitos de lavado de dinero, delincuencia organizada y defraudación fiscal.
La libertad de “la maestra” causó revuelo en las redes sociales, pues Andrés Manuel López Obrador recibió ayer la constancia de Presidente electo.
El PAN y PRD lanzaron sus críticas: “Podría ser el inicio de la amnistía que prometió López Obrador (para los delincuentes)”, remarcó el coordinador de los diputados del PAN, Marko Cortés, mientras el vicecoordinador perredista en la Cámara, Jesús Zambrano Grijalva, vio como una mala señal la libertad de Elba Esther, en el momento en que se realizan los foros de pacificación del equipo de transición del próximo Presidente. Sin embargo, Olga Sánchez Cordero, designada como próxima secretaria de Gobernación, respondió que no hay relación alguna. “Siempre he dicho que las resoluciones de los tiempos del Tribunal no son tiempos políticos. Lo que sí puedo decir es que, en lo personal, detecté varias situaciones en donde no estaba muy armada y muy fortalecida la acusación (contra Elba Esther)”.
Pero hay señalamientos de que la prisión domiciliaria no impidió que Gordillo operara desde su departamento en Polanco para la elección presidencial de 2018. Antes, su influencia se notó en las elecciones para la gubernatura del Estado de México de 2017, en la cual Delfina Gómez, la candidata de Morena, fue respaldada por Fernando González y Rafael Ochoa. Desde entonces, la actividad de “la maestra” fue tan intensa, que en febrero de 2018, la PGR denunció que Elba Esther convirtió su prisión domiciliaria en una “oficina de despacho”, por lo que un juez le prohibió establecer comunicación telefónica y electrónica con personas no autorizadas judicialmente.
La operación continuó a través de las Redes Sociales Progresistas (a favor de López Obrador) y tres personajes “clave”: su nieto consentido (René Fujiwara Montelongo, hijo de Maricruz Montelongo), su yerno (Fernando González) y su mano derecha, Rafael Ochoa.
Con información de El Informador