Inmunoterapia contra el cáncer representa un beneficio mundial
El desarrollo de las inmunoterapias contra el cáncer marcaron un antes y un después en la forma de combatirlo al ser uno de los retos de salud más importantes para la humanidad, afirmó el investigador universitario Alejandro Zentella Dehesa.
El especialista en estudios contra el cáncer del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), precisó que las inmunoterapias benefician a miles de personas en el mundo, incluido México.
De acuerdo a un comunicado de la máxima casa de estudios, dijo que por lo anterior es “más que merecido” el Premio Nobel de Medicina 2018 para James P. Allison y Tasuku Honjo.
Refirió que por más de cien años se intentó reactivar al sistema inmunológico en la lucha contra el cáncer, pero el progreso fue modesto, hasta el trabajo del estadounidense Allison y del japonés Honjo.
EL especialista recordó que desde hace tiempo se sabe que los linfocitos T citotóxicos, son un tipo particular de leucocitos, células encargadas de protegernos y eliminar a las células infectadas o trasformadas en cancerosas.
Estudios posteriores permitieron identificar que dichas células tienen en su superficie una proteína llamada CTLA-4, que actúa como un freno y les impide combatir las células tumorales, por lo que estas últimas se integran a un órgano vital.
En 1994, James P. Allison, de la Universidad de Texas, encontró que era necesario quitar este freno para que los glóbulos blancos del tipo T citotóxico identificaran y combatieran los tumores, hasta llegar al desarrollo de anticuerpos neutralizantes para esta proteína.
De forma paralela, Tasuku Honjo, de la Universidad de Kioto, descubrió en el mismo tipo de células inmunes una proteína llamada PD-1 (inductor de muerte celular programada), y después de sus observaciones se percató de que también funciona como una barrera.
Zentella Dehesa comentó que luego de los estudios básicos iniciales, el desarrollo de los primeros medicamentos inmunosupresores para uso clínico fue acelerado, lo que cambió considerablemente las expectativas de vida para los pacientes con melanoma (cáncer de piel), cáncer pulmonar, renal y linfoma.
Incluso, nuevas investigaciones clínicas indican que la combinación de terapias dirigidas contra PD-1, o sus uniones en las células tumorales (PDL-1 y PDL-2), puede ser más efectiva.
“Se han tenido buenos resultados, pero no funciona en todos los casos y no sabemos por qué. Los ganadores del Premio Nobel lograron eliminar las barreras para que el sistema inmune combata las células cancerosas, algunos pacientes se han curado, y otros tienen progreso, pero no están del todo bien”, agregó.