Cine

Así era la vida de ‘Borras’ antes de ‘Roma’

Todo empezó en el 2016, cuando Manuel Montero y un amigo encontraron a un perro amarrado con un alambre a una pared de un lote baldío, a punto de morir de hambre y sed. Montero es entrenador profesional de animales, lo cual fue determinante para “Borras”.

Montero y su amigo llevaron al animal con la MVZ Adriana Cruz, quien contó la historia de “Borras”. Según la veterinaria, el perro estuvo internado durante un mes, pues tenía diversos problemas médicos como sarna, conjuntivitis, bronquitis y pulgas.

Un mes después, el perro comenzó a mejorar y lo demostraba a través de una pelota y con movimientos de su cola.

Montero fue requerido para participar en la película de Cuarón, pues “necesitaban un perro que se pareciera al que el Sr. Cuarón había tenido cuando era niño y cuando las condiciones fueron dadas, ‘Borras’ era el candidato perfecto, puesto que tenía muchas ganas de vivir y una gran disposición a trabajar”, cuenta la doctora de “Borras”.

“Borras” tuvo mucha suerte, pues es muy parecido al perro que Cuarón tuvo de niño. “Roma” está basada, en buena parte, en la infancia del cineasta, ganador del Oscar.

Para que el perro rescatado de aquel baldío diera el paso a la fama mundial, “se le enseñó obediencia y le encantaba jugar con la pelota, acataba muy bien sus órdenes, y se sabe que en ocasiones se necesitan varios perritos para realizar escenas, pero ‘Borras’ cumplía con todas la escenas siempre con mucho entusiasmo”.

Adriana contó que algunas veces ella misma participó en el entrenamiento del perro para el cine. “Su entrenador Manuel me lo llevaba a revisión y a veces se quedaba conmigo en casa donde reforzaba con su pelota sus saltos, que iban a ser requeridos para los saltos que iba a realizar en el portón de la casa del filme”, dijo la veterinaria.

Todos recordamos esos saltos de “Borras”.

Si bien “Borras” corrió con mucha suerte, hay miles de perros en el país que son abandonados y maltratados.

En México, el 70% de los perros se encuentran en condición de calle, lo cual lo ubica como el primer lugar en América Latina con caninos en dicha condición, reveló Boehringer Ingelheim Animal Health.

Hoy, “Borras” tiene hasta su propio camerino, pero sólo mediante la adopción y sin abandono o maltrato es que todos los animales domésticos pueden tener un final feliz como el lomito de “Roma”.

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