Roma sin guion fue como sorprenderte de la vida misma, dice Tavira
Actuar en la película “Roma”, del director Alfonso Cuarón, sin conocer el guion, fue como vivir la vida misma, sorprendiéndote de lo que te ocurre en el día a día, afirmó la actriz Marina de Tavira.
“La forma en que se trabajó cada una de las escenas es precisamente lo que hace diferente a la historia. A veces ni siquiera tuvimos una hoja en qué apoyarnos, era el mismo Cuarón quien nos explicaba qué íbamos a decir e iba logrando que poco a poco la escena terminara coincidiendo exactamente como él la tenía escrita”, explicó.
Gracias a este proceso, comentó, “se logró que los diálogos no fueran acartonados, pues a veces eso es lo que provoca la memorización”.
Solamente en los casos que había demasiado texto, Alfonso Cuarón sí les entregaba un libreto el día anterior al rodaje.
“Pero sólo era tu texto y no lo que te iba a contestar el otro personaje. Creo que esto es precisamente lo que hace que las escenas tengan esta vida. Los personajes descubren lo que les va a pasar al mismo tiempo de como nos sucede en la vida, de cuando ésta nos sorprende”, indicó De Tavira, quien interpreta a “Sofía”, madre de cuatro hijos.
Para Yalitza Aparicio, quien interpreta a la nana “Cleo”, fue maravilloso trabajar así porque nunca se sintió presionada, dado que no tenía experiencia como actriz.
“Cada día era una sorpresa. Yo no pasaba la noche con los nervios de si tengo que decir esto o lo otro. Llegaba al set y Cuarón me explicaba, me situaba y psicológicamente me preparaba. Eso fue lo bonito, porque no me predisponía a la reacción que debía tener, todo iba saliendo de una manera natural”.
Cuando por casualidad el cineasta les mandaba algunas escenas, al llegar al foro nada era como estaba marcado.
“Es que no nos decía la clave correcta, nos había puesto otra cosa. Como que te daba una idea, pero ya sabías que no tenías que aprendértelo como tal, porque estando en el foro te cambiaba todo”, recordó Aparicio.
Hubo escenas que quedaron a la primera toma, pero en otras tardaron muchas horas para lograrlas.
“Fue un rodaje largo, casi de seis meses. Sí fue un trabajo difícil, porque los personajes se hallan en una situación límite de transformación, pero al mismo tiempo es algo de la vida cotidiana”, añadió Marina de Tavira.
NTX/CPO/ACJ