Luego de que los migrantes de El Salvador denunciaran que la policía abrió fuego contra un grupo de ellos matando a una mujer de 19 años e hiriendo a dos hombres la semana pasada, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ya se encuentra analizando la situación.
La confrontación en el estado de Veracruz en la costa del Golfo el viernes se produce cuando México amplía la aplicación de la ley de inmigración a petición de los Estados Unidos, creando nuevos puestos de control y desplegando a miles de elementos de la Guardia Nacional en todo el país.
Los defensores de los derechos humanos han expresado su preocupación por el hecho de que esas acciones puedan conducir a la violencia contra los migrantes.
Este martes, el fiscal general de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz, ofreció una conferencia de prensa para relatar los hechos con los migrantes.
El fiscal general dijo que 17 migrantes con destino a los Estados Unidos viajaban en un camión blanco cerca de un puesto de control en la ciudad de Agua Dulce cuando escucharon sirenas.
El conductor del camión, que los oficiales dijeron que era probablemente un contrabandista, aceleró. Un coche patrulla de la policía dio persecución y finalmente llegó al camión. Entonces las personas que llevaban uniformes de policía “abrieron fuego”, dijo.
Otra unidad de policía llegó a la escena y encontró a la mujer de 19 años muerta en el asiento del pasajero. Las autoridades salvadoreñas dijeron que el padre de la mujer y otros parientes cercanos vivían en los Estados Unidos.
Winckler aseguró que continuará la investigación en los próximos días.
Según informó The Whasington Post, los críticos advierten que México está respondiendo a una crisis humanitaria con una fuerza innecesaria y potencialmente peligrosa.