Confirmado por varios medios y reporteros, entre ellos John Sutcliffe de ESPN, hubo una reunión entre ciertos dueños y parte de la industria del fútbol. Según este reporte, esta semana van a ratificar que no se reanuda el torneo clausura 2020: queda cancelado. No es oficial todavía, pero parece que lo será en las próximas horas.
El reporte indica también que no habrá campeón, mientras el torneo Concachampions lo estarían jugando el León y el Cruz Azul. Además, el próximo torneo, el “Apertura 2020”, se empezaría a jugar el 10 de julio de 2020.
¿Es la medida correcta?
En mi opinión, no. De entrada, hablando del tema político y logístico, no creo que vayan a estar listos para jugar el 10 de julio. Ni siquiera el gobierno tiene una postura importante para reanudar el tema deportivo, además de que cada estado tiene una situación diferente de salud pública. Asimismo, revisemos rápido algunas de las medidas que impuso la Bundesliga para reabrir: cada club hace pruebas médicas y revisión de síntomas, antes de entrar al estadio y previo a los entrenamientos, uso de cubrebocas, desinfección de balones, sin público en las tribunas y con uso de hoteles con medidas sanitarias especiales. ¿Realmente creen que la organización actual de la Femexfut combinada con los gobiernos locales podrían ejecutar un protocolo tan bien planeado?
Hablando sobre el tema económico, es mejor enmendar todos los compromisos que tienen los equipos y la liga (sobre todo con las cadenas televisivas) con el ímpetu deportivo de la temporada actual, y no tener que empezar desde cero con dudas de perder inclusive el torneo nuevo por suspensión, de la misma manera que el actual.
Y, finalmente, hablando del lado deportivo, ¿por qué tirarían a la basura 10 jornadas de fútbol ya jugadas? La liga mexicana es muy competitiva, y la tabla de puntos actual indica un empate en puntos desde el séptimo lugar hasta el décimo segundo.
Mi propuesta:
Cuando haya más apertura de las autoridades para saber cuándo se podría jugar a puerta cerrada (muy importante esto: se tendría que jugar sin público lo que resta del año), demos dos semanas extras de temporada regular para “darles el derecho” de calificar a los que están cerca y todavía tengan oportunidades de calificar. Así, también le das a los equipos que no van a calificar un poco de actividad deportiva que los ayuda a entrar en ritmo, económico y deportivo. De ahí, mandan el torneo directo a la liguilla, dando al final un campeón y un subcampeón justamente, y justificarías un mayor porcentaje del pago de las televisoras a la federación: sabríamos que habría un rating extraordinario.
De ahí, aunque este plan se haya retrasado hasta la segunda mitad del año por medidas de contingencia, mejor que se trabaje en adaptar la nueva temporada a un formato más corto y eficiente, en vez de tirar a la basura todo un torneo.
